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LA DIFERENCIA ENTRE «BUENA RATIO» Y «FÁCIL»

Que la oposición al Cuerpo de Subinspectores Laborales de la Escala de Seguridad y Salud Laboral de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social tiene una buena ratio opositores/plazas es indiscutible. Podemos verlo comparándola con los compañeros de la Escala de Empleo y Seguridad Social: los admitidos en 2023 superaron el millar de personas optando a 70 plazas, frente a los 376 admitidos para 73 plazas en la Escala de Seguridad y Salud. Si ya lo contrastamos con otras oposiciones públicas – con ratios que superan las 40 personas por plaza) esta opinión se vuelve incontestable.

Además, esto son los datos brutos y cualquiera que se haya presentado al primer examen os podrá contar que de esas 376 personas admitidas las que verdaderamente acuden al examen son aún menos y que de entre ellos, algunos van solamente “a ver cómo es”.

Tentador ¿verdad? Un puesto fijo con el que trabajarás “en un entorno laboral flexible que te permitirá autogestionar el tiempo de trabajo, facilitando la conciliación de la vida laboral y familiar” (son palabras del tríptico informativo oficial de la ITSS, no nuestras). Un trabajo en el que además podrás estar en continuo aprendizaje y en el que estarás en contacto directo con el más amplio abanico de materias y sectores productivos. ¿Dónde hay que inscribirse?

Pero ¿es la oposición a Subinspección Laboral de Seguridad y Salud una oposición fácil? Cuidado con los cantos de sirena. En nuestra experiencia directa con estas oposiciones desde su origen hemos constatado que no. El Tribunal no regala nada, porque es su deber no hacerlo. La Constitución exige que para acceder al empleo público es necesario acreditar “mérito y capacidad” y solo las personas que lo demuestren a lo largo de cada convocatoria podrán optar a una plaza, aunque eso signifique que queden vacantes sin cubrir. En esta convocatoria, aún no hemos llegado al tercer examen y ya hay garantizadas más de 20 plazas que no se van a cubrir por el número de candidatos que quedan.

“Buena ratio” no es sinónimo de “oposición fácil”. La ratio nos indica cuántas personas compiten por una misma plaza, pero la dificultad de la oposición va a depender de la complejidad de su temario y del nivel de conocimiento de éste que nos exijan. Aquí tenemos una oposición de 98 temas que nos obliga a profundizar en áreas científico-técnicas a la vez que demostramos dominio del área jurídica. Además, tenemos tres exámenes consecutivos muy diferentes: un formato “pregunta corta” sobre la totalidad del temario con apenas 3 minutos para cada respuesta, un formato “desarrollo” en el que tendremos que demostrar ese conocimiento especializado de la parte técnica, y un caso práctico en el que nunca sobra tiempo y en el que tendremos que poner en juego todo lo aprendido más un “plus” de “savoir-faire”, de rapidez a la hora de interrelacionar conceptos y sacar conclusiones.

Entonces ¿de qué sirve esa ratio tan tentadora de la que hablábamos? Sirve para reducir el factor suerte. Sirve para tener la seguridad (siempre relativa) de que, si dominamos bien el temario, si hemos preparado suficientes simulacros, si hemos comprendido la materia, nuestra plaza no dependerá de unas décimas de diferencia en un examen tipo test. Sirve para poder animarnos a apostar por estas oposiciones, si tenemos la vocación, las ganas y el tiempo necesarios y estamos dispuestos a ser constantes y esforzarnos, sabiendo que no es una moneda lanzada al aire. Sirve para tomárnoslas más en serio aún si cabe, porque el éxito depende “un poco más” de nosotros que en otras pruebas de este tipo.

También sirve para que mucha gente yerre el tiro, creyendo que con unos conocimientos generales será suficiente porque confunden “factible” con “fácil”.

¿Y para qué sirve contar con un/a preparador/a en todo esto? Para guiarnos en ese camino de convertir lo factible en un hecho, para acompañarnos en el dominio del temario, explicándonos las dudas que surjan, examinándonos para asegurarse de que lo que hemos estudiado está bien comprendido e interiorizado y avisándonos de la necesidad de reconducir cuando no. Al menos nosotros lo concebimos así.

Así que ya sabes: si te interesa la prevención de riesgos laborales y buscas un trabajo estable y alejado de lo rutinario, ser Subinspectora o Subinspector Laboral en la Escala de Seguridad y Salud puede ser tu camino, pero no olvides que va a requerir una dosis muy importante de esfuerzo, constancia y trabajo por tu parte. Si estás dispuesto/a ¡Ánimo!