Dicen que el escritor frances Henri-Marie Beyle, que publicó con el pseudónimo de Sthendal, sufrió taquicardias y sudores en una visita a la Basílica de Santa Cruz de Florencia al sentirse abrumado por su belleza. Años más tarde, la psiquiatra italiana Graziella Magherini, apodó en su honor como «Síndrome de Sthendal» a la respuesta psicosomática que una persona experimenta al contemplar una expresión artística extremadamente bella.
No vamos a comparar a nuestros alumnos con el renacentismo florentino, aunque no será por falta de ganas, pero sí creemos que como preparadores se nos ha erizado la piel al leer a los compañeros Subinspectores Labores de Seguridad y Salud que acaban de aprobar tras preparar con nosotros. Todos tienen en común, además de su competencia y conocimiento profesional, algo a lo que le damos mucha importancia, el compromiso y las ganas de aportar a la sociedad a la hora de ejercer su trabajo.
Cuando hablamos de compromiso, nos referimos concretamente a haber dedicado toda una vida laboral a que las personas trabajadoras vuelvan a casa manteniendo intacta su salud. Este es el caso de Violeta, que acabó opositando a la ITSS como un paso más en su camino de dedicación a la PRL.
Por ello, como prepradores se nos llena la boca y hasta nos genera un «Stendhalazo» la idea de traer de la mano a nuevas compañeras que creen en la PRL porque, cerrando con una cita de este escritor francés:
«La vocación es la felicidad de tener como profesión la propia pasión»
- Cuéntanos sobre tí y por qué te animaste a opositar.
Nunca me había planteado opositar, me gustaba mi trabajo como técnico de prevención de riesgos laborales y tenía claro que quería dedicarme a la seguridad y salud laboral, pero desconocía que existía el cuerpo de subinspectores laborales. Cuando lo descubrí, pensé que sería un sueño trabajar en la ITSS y me decidí a intentarlo.
- ¿Cuánto tiempo dedicaste entre que empezaste y el aprobado final? ¿Cómo viviste el proceso?
Casi dos años, al principio sólo en los ratos libres después del trabajo y el último año con total dedicación. Ha sido un proceso con altibajos porque hay que hacer sacrificios, pero tenía claro mi objetivo, me tomaba un descanso para reponer fuerzas y continuaba.
- Sobre el contenido de la oposición, ¿tienes un tema preferido? ¿Un tema que no te gustaba? ¿Uno que te costó al principio y te acabó gustando?
Los temas de derecho me costaban muchísimo, y por eso les dediqué más tiempo. No me gustaban nada, pero después de mucho esfuerzo y gracias a las clases de Beatriz al final pude con ellos. A medida que vas trabajando el temario estás más cómodo y esos temas que al principio parecen imposibles al final te acaban gustando.
- ¿Cómo te sentiste al ver el aprobado? ¿Qué balance haces de todo el proceso? ¿Mereció la pena?
Con mucha alegría y alivio después de todo el esfuerzo. Es un proceso duro, sobre todo cuando sale la convocatoria durante los meses entre exámenes, acabas agotado, pero cuando tienes la recompensa sientes que el tiempo invertido ha merecido la pena.
- ¿Qué consejos darías a alguien que está pensando en empezar?
Que empiece cuánto antes sin dudarlo, con disciplina y constancia se consigue. Para mí lo más complicado era avanzar en el temario sin descuidar los repasos, pero cumpliendo con la planificación y los consejos de los preparadores, se puede. Lo más importante es repasar los temas y hacer los simulacros para aprender de los errores.
Son muchos temas, y una buena planificación en el estudio es importante. Yo empecé estudiando los temas por orden, aunque con muchas dudas…Sentía que no avanzaba. Cuando conocí la metodología de Rubén, Beatriz, Nélida y Maite tuve claro que era la mejor opción. Opositar no es fácil, y he tenido la suerte de contar con un entorno que me apoya y unos preparadores que entienden cada momento del proceso. Me alegro mucho de haberlos elegido para acompañarme en este camino.